8 de Diciembre

No lo alejes de tu vida

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un corazón recto dentro de mí”. (Salmos 51:10)

Hay momentos en que muchas personas sienten que necesitan su espacio para reflexionar, pensar, coordinar, centrarse y tomar decisiones.

En su afán por querer hacer lo mejor terminan aislado de sus vidas a las personas que precisamente más los quieren. A aquellos que lo que siempre han deseado es su bienestar. Muchas veces crean una barrera, ponen unos límites y en vez de buscar ayuda y respuestas en esas personas que los conocen y que muchas veces tienen más experiencia, las alejan.

Pero uno nunca debe apartar de su vida a la gente que sinceramente lo quiere a uno por lo que es, con virtudes y defectos, cuando todo está bien o cuando las cosas parecen contrarias.

Hace unos días conversaba con un chico al que le decía, yo puedo entender que pases por situaciones difíciles, pero hay algo que deseo que analices y que pienses profundamente. No debes alejarte de la gente que te ama. Aunque sientas esa increíble necesidad de aislarte, no te aísles de ellos porque puedes sin querer perder muchas cosas valiosas y más aún a esas personas especiales que solo procuran tu bienestar. Le dije aún más, imagínate que un día te cases, cuando vengan situaciones en las que desees alejarte o distanciarte, ¿dormirás en otra cama o sofá? Y si luego tienes hijos, ¿también los distanciaras cada vez que ocurra algo en tu vida? Parte del proceso de la maduración es que dejes de alejarte tan bruscamente o esconderte, parte de la madurez consiste en asumir esas emociones y manejarlas con cuidado.

Y trayendo esto al plano espiritual, puedo mencionarles, las veces en que asfixiados naufragando sobre nuestros problemas, hemos distanciado a Dios de nuestras de vidas. La cantidad de veces que hemos recurrido a personas que solo nos causan mas daño o confusión y buscamos a Dios como última alternativa, cuando el debió de ser nuestra primera opción. Las veces que el Señor ha intentado trabajar en nuestras vidas para que progresemos y en vez de dejarlo obrar, lo obstaculizamos y causamos atraso en nuestras vidas. El sinnúmero de ocasiones en las que él intenta renovar, restaurar y arreglar las áreas de nuestra vida que necesitan reparaciones y no se lo permitimos. Las ocasiones en las que él quiere desinfectar nuestras heridas y por miedo al dolor, no le permitimos que opere, extirpe y cicatrice la herida.

Dios ha querido siempre traer bendición a nuestras vidas y crecimiento. Él no desea que estemos estancados. Sin embargo, cuántas veces hemos insistido en tomar el camino incorrecto, insistimos en seguir nuestros planes o en tomar atajos que cuando abrimos los ojos nos percatamos de que solo han hecho el camino más difícil y que muchas veces hemos arruinado eso tan especial y maravilloso que el Señor quería hacer en nuestras vidas. Hoy Dios desea que lo incluyas en tu vida y en tus planes. Que lo mantengas en tu agenda cada día de tu vida. Que por amor le obedezcas, reconociendo que él sabe lo que es mejor para ti y te guiará hacia el mismo centro de su voluntad si le eres fiel y perseveras. Dios quiere penetrar cada poro de tu ser, toda tu existencia y saturarla con su amor y sabiduría. Deja de correr que solo lograrás fatigarte. No trates de huir de quien te conoció antes de que fueses formado en el vientre de tu madre. Rinde tu voluntad al que entrego su vida para que tuvieras salvación y libertad. Porque solo te haces más daño cuando alejas de tu vida lo que es verdaderamente bueno y real para ti. Somete tus pensamientos a la mente de Cristo, déjate amar por tu familia, por tus amigos, por aquellos que quieren tu bien. No juegues más a las escondidas y deja que el Señor penetre las áreas más ocultas y reservadas de tu ser para que puedas ser un instrumento de utilidad. Enfrenta de una vez tus temores, aprende a aceptar el consejo y la instrucción.

Deja que el Espíritu Santo con su soplo de vida y de unción queme todo aquello que no le agrada para que puedas recibir su unción y ser su reflejo.


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