18 de Diciembre

Sal de tu zona de Seguridad

“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas, me librara Jehová”.

Salmo 34.19

¡Qué fácil es bendecir y alabar a Dios, cantar salmos y adorarle cuando tenemos salud, una linda familia y un trabajo o quien nos sustente! Y qué difícil es que se nos quite algo en lo que basamos nuestra seguridad y seguir confiando en Dios, creciendo en fe, alabándolo, bendiciéndolo y aun diezmando para la Obra.

Tener fe cuando no nos falta nada y tenemos lo que queremos es muy fácil, verdad? Pero hay que esa estructura se meza un poquito para que nuestra seguridad, confianza y fe tambaleen, pero déjame decirte que esto viene de Dios y de su voluntad y en muchos casos el remezón es tan fuerte que sentimos que nuestra vida se derrumba y por más que oramos, clamamos y pedimos, creemos que Dios no nos escucha o que está molesto por algo; sin embargo, Dios si nos escucha y pueda que no esté molesto por algo (bueno, eso uno lo sabe). Lo que está sucediendo es que Dios TE ESTA PROBANDO – TU FE y para ello es necesario sacarte de tu zona de seguridad y obligarte a explorar nuevos caminos y a fortalecer nuestro espíritu.

La verdad es que esto es muy simple: nosotros no hemos tenido que sobrevivir tan duras pruebas como los primeros cristianos, que por su fe, hasta perdieron sus vidas, ni vivimos en países o culturas donde nos sintamos perseguidos por nuestras creencias y fe y ni siquiera tuvimos que sacrificar algo para alcanzar la gracia que es en Cristo, nuestro Señor, entonces, que nos guste o no, todos los procesos por los que pasamos tienen un solo objetivo: madurar como cristianos, crecer, fortalecerse en el Espíritu, y ¿para qué?

Porque Dios está preparando hombres y mujeres, valientes y esforzados, que le pongan el pecho a la vida, que no se den por vencidos, que no se dejen derrotar tan fácilmente y que estén preparados para lo que venga en el futuro, para pelear por sus familias, para librar una batalla espiritual, para combatir al enemigo, cuyas armas son espirituales y no físicas y finalmente para vencer y ser victoriosos con Cristo. Jesús.

Cuando nos vemos obligados a salir de nuestra zona de seguridad a guerrear, generalmente es porque el enemigo nos ataca y Dios se lo permite hasta cierto punto, porque lo que quiere es que nos entrenemos, de la misma forma que un boxeador, se entrena y pelea con sus entrenadores, mientras estos corrigen sus fallas, revelan sus fortalezas y fortalecen sus brazos y sus pegadas.

Con nuestro enemigo es igual y las áreas que ataca son principalmente la mental y la emocional, por lo que hay que velar y orar diariamente, pues estas son estas armas muy poderosas y puede literalmente derrotarte aun antes de empezar a dar la pelea. Estas armas son:

1º. Los Pensamientos. Cuida tus pensamientos; desecha todo pensamiento negativo o que se levante en contra de Dios, todo pensamiento que te mine o disminuya la confianza en ti mismo y en el Dios de tu Salvación; cuida pensamientos que nieguen tu Identidad como hijo de Dios, que nieguen el poder de Dios y del Espíritu Santo y pensamientos negativos en general que atraigan sentimientos de auto-compasión, de pesar, de baja auto-estima etc. Los pensamientos son la antesala de nuestras emociones y las emociones y pensamientos, tienen un gran poder sobre el cuerpo y también sobre los actos. Por eso el Apóstol Pablo aconseja “renovar la mente, en Cristo Jesús”

2º. Las emociones negativas como: Depresión, resentimientos, rabia, deseos de revancha, odios, baja auto-estima son tan poderosas que pueden incluso llevarte a pensar en suicidio u homicidio y aun si no llegan tan lejos, simplemente te debilitan, te quitan la fuerza para luchar, te desmotivan al punto que nada te importe y llegues aun a dudar de tu Salvador y de tu salvación, bendiciones y del amor que Dios nos tiene.

Dios nos ha provisto con su Palabra y esta tiene Poder, el Poder de levantarte, de fortalecerte y de ayudarte a dar pasos de fe que te preparen para un futuro mejor, porque sean cuales sean las circunstancias, tenemos que pelear y perseverar, pues no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de amor y Dominio Propio. Pelea para ganar, porque somos victoriosos en Cristo.

“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, Y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del Diablo”.
Efesios 6: 10-11


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