10 de Diciembre

Alabemos al Rey

“Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.”

Salmos 45:1

Nuestra prioridad en la vida debería ser la de alabar al Señor, al Dios que merece toda gloria y toda honra. Las canciones populares están plagadas de odio, rencores, pasiones desordenadas, malos deseos, y toda clase de pecado que nuestra mente se pueda imaginar. Hay una canción, por ejemplo, que dice: “si amarte es un pecado”, o sea que endiosa y glorifica el pecado. Sin embargo, los hijos de Core (a quienes ha sido atribuido este Salmo), expresan claramente que un corazón agradecido sabe alabar al Señor y no debe permitir que sus emociones vayan en contra de lo que está establecido en la Palabra de Dios.

La expresión “rebosa mi corazón palabra buena” nos habla de un corazón saciado hasta verterse, algo así como cuando un vaso se llena hasta su superficie y comienza a desbordarse; en esta ocasión con palabras que ensalzan y glorifican el nombre del Señor. Palabra buena es aquella que ofrece alabanzas a nuestro Salvador, gratitud que sale del corazón. Es una expresión que es agradable y que esta matizada por regocijo y parabienes para quien las recibe.

La expresión “dirijo al Rey mi canto” nos hace recordar a nosotros, los redimidos por la sangre del cordero; que tenemos a uno al cual debemos rendirle honor a través de nuestros canticos. “Al Rey”…Rey de Reyes y Señor de Señores. Es una nueva modalidad en algunos canticos el utilizar el pronombre “el” o “tu”, pero el nombre del Señor no aparece en ningún lado. ¿Será cierto que le cantan al Señor? Porque honestamente en muchos de esos cantos ese pronombre determinado parece ser más bien un ser humano; una canción sensual en vez de un cantico de gloria y alabanza. Nos emocionamos al escuchar estos canticos porque tocan nuestros sentidos y hasta lloramos. Por eso es que tenemos que analizar lo que nuestros oídos están escuchando, que no caigamos en trampas del enemigo.

Y por ultimo dicen los salmistas “mi lengua es pluma de escribiente muy ligero”. Es hermoso poder escribir, tornar en escritos lo que nuestro corazón dice; posiblemente en palabras de poesía y mas allá…en canticos que adoren el nombre del Señor. Expresar los sentimientos del corazón por escrito es uno de los más hermosos dones que tiene el ser humano. Muchas veces lo que no podemos decir con nuestra boca, lo podemos decir con nuestra pluma. ¿Por qué no te animas?

Permita el Señor que este escrito te anime a que puedas comenzar a escribir para el Señor.

Recuerda que El merece toda gloria y toda nuestra alabanza.


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